Eramos mucho más jóvenes cuando nos conocimos por primera vez. Teníamos demasiado por hacer, por pensar, por planear. No teníamos nada resuelto de nuestras vidas y la incertidumbre y la inseguridad eran parte de aquellos años. Nos conocimos una noche en una fiesta a la cual ninguno de los dos planeaba ir. Fue un poco de casualidad y suerte. Desde entonces, ninguno de los dos estamos seguros de quién vio a quién primero, pero aún así nos encontramos.

Nuestra historia no comenzó en un momento determinado, simplemente nos conocimos y, sin darnos cuenta, nuestra historia ya estaba escribiéndose. Poco a poco fuimos compartiendo nuestra visión de la vida y de forma natural fuimos creciendo juntos.

Como en todo, nos hemos topado con situaciones, las cuales nos han hecho crecer y madurar. No todo ha sido color de rosa, como nada en esta vida. Ha habido altas, ha habido bajas, pero siempre en el marco del diálogo, comprensión y amor. Más que novios, más que pareja o futuros esposos, nos hemos convertido en compañeros de vida.